friki1

viernes, 6 de julio de 2012

Mandrágoras

En los más velados ángulos y recovecos de las laberínticas dimensiones acechan los seres conocidos como Mandrágoras. Esta vil estirpe es temida en secreto incluso por los demás Eldars Oscuros, pues un Mandrágora puede entrar en la realidad cruzando directamente a través de la sombra de cualquier otra criatura, emergiendo con un escalofriante siseo para hundir sus gélidas garras y colmillos en la carne de su víctima. La piel de un Mandrágora, negra como la tinta, está salpicada de runas prohibidas, y su cara parece temblar y cambiar constantemente, un instante parece una máscara sin expresión ni rasgos, y al siguiente se abre cual una herida acerada de largos dientes, punzantes como agujas. Los Mandrágoras existen a la vez tanto en la realidad como en una dimensión maldita más allá del velo, y combatirles equivale a combatir contra sombras vivientes, pues se trata de criaturas parcialmente
incorpóreas.1 Las Mandrágoras son rápidas, esquivas y casi imposibles de detectar. Cuando uno cree que ya las tiene contra las cuerdas, en realidad eres tú el que cae en su trampa. Los Mandrágoras son los más depravados de todos los Eldars Oscuros, cazando a los de su propia raza desde las sombras de Commorragh. Nadie sabe cómo un Comandante puede conseguir que estas criaturas le sirvan en batalla ¿Qué terrible precio debe ofrecer a estas bestias, a las que tan sólo les interesa la carne y la sangre? Se dice que sus capacidades para el sigilo la infiltración dejan el ridículo a los mejores exploradores de otras razas y domina el arte de las sombras mejor que nadie entre los Eldar Oscuros. OrígenesEditar sección Los orígenes de los Mandrágoras están envueltos en el misterio. Hay quien dice que descienden de Eldars que establecieron una abyecta unión con entidades extraplanares cuando el Imperio Eldar atravesaba su período de mayor decadencia. Otros aseguran que descienden de un culto prohibido que logró de algún modo escapar a la Caída, sus miembros ocultándose en las sombras y emergiendo cuando había pasao el peligro, convertidos en algo mucho más alienígena. Los Eldars Oscuros más jóvenes llaman a los Mandrágoras "Espantos", pues pueden saltar de una sombra a otra o reptar por entre los reflejos, para emerger en el mundo real y abalanzarse sobre sus atemorizadas víctimas sin previo aviso. Creen que los Mandrágoras son seres de oscuridad viviente, y en buen parte tienen razón.1
Existen muy pocos eruditos que tengan conocimientos sobre los Eldar Oscuros y aún menos lo que sepan algo sobre esta misteriosa secta o subraza Eldar. Se ha especulado mucho con sus orígenes y actualmente hay dos teorías: la primera dice que los Mandrágoras (y muy posiblemente los Hemónculos) se vieron alterados por la constante exposición a la Disformidad. Esta extraña mutación les permite alterar, a los Mandrágoras, ligeramente su forma física en el mundo real para entrar en la Disformidad, permitiéndoles esto moverse sin ser detectados. Otra teoría cree que los Mandrágoras y los Hemonculos fueron de los últimos Eldar en escapar a la Telaraña durante la cataclismica explosión psíquica que barrio a los Eldar más depravados durante la Caída. Los Mandrágoras quedaron atrapados a medias entre el mundo físico y el espacio medio inmaterial de la Telaraña por las sobrenaturales energías liberadas por el nacimiento de la Perdición de los Eldar, Slaanesh. Por eso las Mandrágoras dejaron de ser completamente corpóreos pero tampoco fueron incorpóreos del todo.

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